Lo dado y lo no dado
Lo Dado y lo no Dado
©Por Abdel Hernandez San Juan
The School of Advanced Hard Sciences
This paper discuss the distinction between the given and the ungiven as a major if not the major one pair of epistemology both to the creation of theoretical and abstract scientific knowledge science itself as to the objectification of empirical research and to the practical performance of every day life, the paper offers a general journey on the various levels of differences, correlations and interrelation between the given, on the one side and the ungiven on the other, discussing the implication of the distinction through both levels of activity, theoretical knowledge, empirical research and mundane every day life.
Keywords: The Given and the ungiven, epistemology and reality, everyday life, theoretical and empirical research
Si una cuestión filosófica se hace cada vez y a cada tanto más y más vigente, esta es la cuestión de “lo dado” y “lo no dado” que centrara mi atención aquí. A la ciencia de la epistemología, según mis propias elaboraciones, corresponde esta cuestión filosófica de lo dado y lo no dado. Mientras lo dado supone todo aquello que nos llega previamente dado, tanto lo que nos viene previamente dado en las formas mismas, la lengua, por ejemplo, como ella es y nos llega pre-dada, el lenguaje, la escritura, la gramática, el mundo de la materia como este nos llega y nos viene previamente dado, la naturaleza y la realidad como estas se ofrecen previamente dadas a nuestros sentidos, lo no dado supone todo aquello que configuramos, creamos e inventamos, lenguajes que creamos con esos lenguajes, gramáticas que generamos con esas gramáticas, materias con esas materias, realidades con esas realidades, sentidos y significados.
Lo dado y lo no dado, sin embargo, abarcan también primeridades filosóficas, lengua al lenguaje, materia y naturaleza a los sentidos, realidad a las referencias, como también aquellas que corresponden a ordenes sobreordinados, gramaticalidad a los significados, inscripciones a los géneros, hábitos a los cuerpos, tendencia a las movilidades, así como otra cantidad de fenómenos mucho más ricos los cuales pueden moverse desde el mundo abstracto y filosófico puramente teórico, hasta el mundo de la formación misma de los conceptos, las series conceptuales o las configuraciones conceptuales con las delimitaciones que estas suponen, sugieren, contemplan, abarcan, describen, evocan, incluyendo el mundo fenoménico mismo en toda su complejidad.
No excluimos de aquí, la idea misma de mundos, predados o por hacer, previamente dados arribantes a los sentidos, o enteramente disponibles en la disposición, por ser hechos, disponibles para su creación, hasta en ambas formas, consideradas según sus inscripciones en las formas, condiciones de posibilidad inscritas de toda generación, de toda producción incluso, o estimadas según sus literalidades, el mundo preciso de las instituciones dadas, generadas o por crear. Directos o en la tecnología, supone lo natural y lo real mismos, en las ciudades o el internet, como estos se dan a nuestras sensaciones, sentidos y sensorialidades corporales y gnoseológicas, intelectuales y perceptivas, incluyendo los realias anteriores en lo real a cualquier forma denotativa, referencial o designativa de representación simbólica o descriptiva, como estos se presentan a la impresión.
Contempla “lo dado” los géneros como estos nos vienen dados en sus pautas inscritos en las formas, ensayo, narrativa, poesía, las especialidades y las técnicas, filosofía del lenguaje, del sujeto, del ser, pintura, dibujo, grabado, tanto como acerbos y backgrounds, acerbo científico, literario, artístico, background filosófico, plástico, musical, así como los hábitos a estos relacionados.
Pero lo “no dado” incluye tanto o más que “lo dado”, no sólo `por lo que con esa lengua y sus formas gramaticales podemos escribir, interpretar, decir, crear, sino por lo que con esos realias podemos desarrollar, mundos de internet virtualmente desenvueltos, urbanizaciones y ciudades, arte, creaciones y presentaciones, desde piezas literarias, plásticas, cinemáticas, danzarias y escriturales, hasta inventos y recreaciones como softweres, tecnologías y programas, pero también vivencias, viajes y eventos, y lo que con esas impresiones y sensaciones podemos generar, emprendimientos, creatividades, y con esos géneros crear, innovar, relacionar, comunicar, asociar e imaginar.
Nuestro propio acerbo individual, de hecho, definido por lo que hemos leído, asimilado, incorporado, vivido, conocido, supone también lo “no dado” en todo lo nuevo que asimilamos en libros que leemos o estamos por leer, en viajes que vivimos o estamos por dar, en eventos que experimentamos o nos disponemos a producir o crear, y los sentidos nuevos que estos nos suponen, tanto como las modificaciones venideras, lo que hacemos o estamos por hacer en nuestra habitación o la arquitectura de nuestros espacios, en la distribución o en la estética, en las relaciones incluso. El universo de “lo no dado” se abre así por sobre un vasto horizonte tan o más amplio que aquel correspondiente a “lo dado”, sentidos por producir, relaciones por desarrollar, mundos por configurar, cosas por hacer, obras por crear, cosas por presentar, viajes por emprender, extender en la vivencia y en la comunicación.
Entre este vasto horizonte de “lo no dado” y aquel que nos llega o se nos presenta como “dado”, sin embargo, se dibujan no sólo las principales cuestiones sobre la relación entre el sujeto y el objeto en que descansan los asuntos primeros y últimos de la epistemología, sino también aquellas otras correspondientes a la relación entre la aleatoriedad, azarocidad, infinitud y espontaneidad que definen el acaecer y discurrir de nuestro mundo libre de la vida cotidiana en sus espacios domestico, convivencial, citadino y societal, profesión, descanso, recreación, rituales, actividades domesticas, salidas, encuentros, y el mundo de las pautas o reglas.
De modo que entre “lo dado” y “lo no dado” definimos tanto la cuestión crucial gnoseológica de la epistemología, la cuestión filosófica misma del conocimiento abstracto y su ciencia, sujeto y objeto, como la cuestión misma de la relación entre la escritura y la oralidad, entre el espacio o fondo dados y el espacio o fondo por disponer, `presentar, extender o desenvolver, la cuestión, en definitiva, de la relación entre nuestro libre albedrío y el mundo pautado en que nuestras libertades han de adecuarse a la convivencia y al consenso, a la diferencia y la tolerancia, a la progimidad y el respecto, al orden y las responsabilidades.
La cuestión de lo dado y lo no dado define, de hecho, las líneas a través de las cuales se delimita, se recorta, se circunda y pasan en forma inclusiva, una en la otra, una en el través de la otra, juntas, la cuestión crucial de la epistemología, filosofía de la ciencia, del lenguaje, del sujeto y del ser, y aquella otra de las ciencias sociales, sociología, antropología y etnográfia, suponiendo así, más que simplemente una distinción entre el mundo previamente dado de instituciones inscritas en nuestras formas adquiridas, lengua, géneros, especialidades, acerbos, y el mundo que con esas formas podemos crear, la cuestión misma de la performance, de ese intersticio o intersticialidad por sobre el cual y desde el cual nuestra performance se desenvuelve en la vida de todos los días.
Supone también cualquier forma de la presentación como horizonte de mundo no dado sobre el fondo de la dado y vuelto luego a llegar o devenir dado, como también al sujeto en la creatividad, y a su producción de si y de sus producciones, tanto como al ser y sus ambientes, su universo interior, monadico, desde el cual mira, y aquel otro que se extiende por sobre el horizonte de su mirada, el cual mira y en el cual se percibe, cuestión misma del adentro y el afuera.
De hecho, además de los modos en que conceptos y técnicas llegan hasta nosotros “predados” o podemos crear con ellos, consideramos que la realidad misma llega hasta nosotros predada en tanto nuestros sentidos le perciben, le sienten y le conocen corroborándole en su forma previa. También nuestros conocimientos, bien sean estos comunicados y expresados en la forma escrita o en la hablada, lo dicho y lo que está por ser dicho, o simplemente vueltos ellos mismos tecnologías inteligentes, medios y medias que optimizan nuestra performan en ese mundo y esa realidad, generan y producen ordenes formales y discretos de realidad dados o por crear, devenidos en impresos, reproducciones, formas tecnológicas, escritas u orales, las cuales suponen nuevos sentidos y significados que creamos y performamos sobre el fondo de lo predado y lo dado de antemano.
De este modo la distinción entre “lo dado” y “lo no dado” establece el lugar epistemológico desde el cual ha de posicionarse todo sistema performativo e inteligente, la performance misma en la vida cotidiana, generadora, creativa y cognoscente que suponga la producción, la creación y la performance de ordenes de realidad nuevos los cuales a su vez requieren optimizar su disponibilidad, es decir, las formas de su relación con lo que le llega dado o recibido, así como también la performance que además pregunta por ese mundo dado, le presta atención, que es también su mundo de vida en la performance y se define frente a él por momentos también según esas preguntas le suponen una búsqueda, exploración, observación, análisis o research.
Ün sistema diminuto, individual o individuado, el de el cuerpo de cada quien en su hogar, su profesión o su empresa, es así capaz de performance y creatividad no sólo cuando está en condiciones de producir, generar, crear, performar e inventar, sino cuando exponencia su capacidad de discernir en su propio trabajo la relación con un acerbo, un background, una memoria inscrita o una forma cuyo carácter de forma predada resulta imprescindible para su propia capacidad generativa. En la misma forma un sistema que no objetiva su posición performadora de ordenes en la distinción entre “lo dado” y “lo no dado”, al no distinguir en qué modos y formas “lo dado” le llega en las formas mismas con las que trabaja, puede decrecer en el improvement de su exponencialidad o en la optimización de su performance, quedando, por ejemplo, expuesto a movilidades o dinámicas que provienen de formas poco objetivadas como pueden ser todas aquellas cuya inercia depende de hábitos, costumbres, tradiciones, rutinas y repeticiones.
Al quedar expuesto a las inercias de tales dinámicas, no puede optimizar sus modos de disponer aquellos aspectos de ese acerbo o tradición que pueden potenciar las posibilidades de que su performance sea óptima y exitosa. Lo dado, de hecho, supone también nuestras relaciones con el espacio en tanto este de hecho nos viene dado, así como con el tiempo en tanto, por ejemplo, el pasado, que para el inmediato transcurrir “ya no es”, lo recibimos como dado, no ya sólo el pasado antiguo, el pasado inmediato, el ayer mismo. El presente, además, se extiende sobre y en el horizonte de nuestras vivencias y experiencias en la forma de un presente que es a la vez “dado” y “no dado” el cual por lo demás obtiene su riqueza y vitalidad precisamente de la forma en que se relacionan estos dos aspectos en la experiencia, la vivencia y la actuación. Así, aunque sin dudas sólo el futuro que “aun no es”, nos resulta enteramente “no dado”, en tanto aun no le hemos recibido en forma precisa, también la forma en que relacionemos desde nuestras propias producciones, creaciones, invenciones, comunicaciones, relaciones y vivencias, “lo dado” y “lo no dado”, resultará correlativa a nuestra capacidad para optimizar la anticipación de nuestro futuro, correlación por sobre la cual se extenderán nuestros horizontes, nuestras expectativas, nuestros propósitos, nuestras metas, nuestros objetivos, nuestras ilusiones, nuestros deseos, nuestros sueños y nuestras utopías.
Decíamos que en lo dado y lo no dado la epistemología misma como ciencia encuentra su lugar de efectuación, sus puntos de delimitación, sus condiciones de determinación, generación y posibilidad, sus lugares y espacios, y a la inversa, que lo dado y lo no dado encuentran los suyos en la epistemología, performance, praxis, lenguaje, escritura, composición, creación, y una en la otra, desde la otra, a través de la otra, en su rededor, sobre sus líneas y planos, sus puntos y superficies. Lo dado y lo no dado, por supuesto, son relativos y correlativos, además, entre ellos. Si les filosofamos juntos no es por otra razón sino porque en una significativa variedad de fenómenos lo dado y lo no dado se dan uno en el otro, uno con el otro, se dan entre si, a veces, otra veces se dan desde un lado hacia el otro, o recíprocamente, se son en cierto modo uno en el través de el otro, en ocasiones equidistantes y correlacionados se alejan o se aproximan, se comodifican o se co-determinan, se anticipan o se suponen, se generan o se producen, en ocasiones se funden o se diluyen uno en el otro, se son lo mismo. Sin embargo, lo dado y lo no dado, aunque pueden serse lo mismo, en sus equivalencias, como hemos visto, no son ellos en si lo mismo.
Mientras una amplia variedad de fenómenos les requieren en un filosofarles juntos, otra amplia variedad de fenómenos requieren sus especificidades, a lo dado corresponde un conjunto de fenómenos, a lo no dado otro conjunto diferenciado de fenómenos, y a los modos en que uno o el otro resulte preponderante sobre el otro de acuerdo al fenómeno en cuestión, corresponde el filosofar de sus especificidades. El filosofar de ambas en sus relaciones y en sus diferencias conformará así el mismo el filosofar de la ciencia de la epistemología, un filosofar que no podrá dejar de ser el mismo, que habrá de ser, que es, que consiste precisamente en una antropología de la relación entre lo que se inscribe y lo que se efimeraliza.
©Abdel Hernandez San Juan, Conceived, written, composed and created By Abdel Hernandez San Juan as Individual Author
Bibliography
Gilles Deleuze, Empiricism and Subjectivity, Columbia University Press, 1991
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